La Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de la Bienaventurada Virgen María, conocida comúnmente como Claretianos, fue fundada el 16 de julio de 1849 en Vic, España, por San Antonio María Claret y los PP. Esteban Sala, José Xifré, Domingo Fábregas, Jaime Clotet y Manuel Vilaró. Un Claretiano es un Hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa. Que desea eficazmente y procura por todos los medios encender a todos los hombres en el fuego del divino amor. Nada le arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias; se alegra en los tormentos y dolores que sufre y se gloría en la cruz de Jesucristo, No piensa sino cómo seguirá e imitará a Cristo en orar, en trabajar, en sufrir, en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de los hombres. El acrónimo C.M.F., al final de sus nombres, proviene de las palabras latinas “Cordis Mariae Filius”, que significa «Hijo del Corazón de María». Los Claretianos se destacan por su dedicación incansable al apostolado y su firme deseo de llevar el mensaje cristiano a todos los rincones.
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