
Las lecturas de este domingo nos invitan a reflexionar sobre nuestras palabras y acciones, que reflejan lo que hay en nuestro corazón. En la primera lectura (Eclo 27, 4-7), se nos advierte que antes de juzgar a alguien, debemos escuchar con atención, porque las palabras revelan el verdadero interior de una persona.
El Salmo 91 nos anima a dar gracias a Dios por su amor y fidelidad, recordándonos que vivir según su voluntad nos llena de alegría.
San Pablo, en la segunda lectura (1 Cor 15, 54-58), nos recuerda que, gracias a Jesucristo, la muerte ha sido vencida y nuestra esperanza está en Él.
En el Evangelio (Lc 6, 39-45), Jesús nos invita a examinar nuestro propio corazón antes de corregir a los demás. Que nuestras palabras y acciones reflejen siempre el amor de Dios.