Este domingo celebramos la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, una fiesta que nos recuerda que Jesús reina con justicia, amor y verdad. La profecía de Daniel (7, 13-14) nos presenta una visión de la gloria de Dios: el Hijo del Hombre recibe un reino eterno, que no será destruido. En el libro del Apocalipsis (1, 5-8), se nos revela a Jesús como el testigo fiel, el Rey que nos ama, nos libera del pecado y tiene poder sobre toda la creación. Finalmente, en el Evangelio de San Juan (18, 33b-37), Jesús declara ante Pilato que su reino no es de este mundo, sino que es un reino de verdad y vida.
Estas lecturas nos invitan a reconocer a Cristo como nuestro Rey, que no gobierna con poder terrenal, sino con el amor que transforma corazones y nos conduce a la eternidad.